miércoles, 20 de agosto de 2008

HISTORIA- POST 2- LA LÍNEA DEL DESTINO

Pero aquello era real. Por eso nada ni nadie conseguía que su corazón latiera tan fuerte como cuando pensaba en Marcos. Para ella él era especial, esa persona que había estado buscando durante tanto tiempo. Una persona que la quería tal y como era. Y eso hasta alquel entonces no lo había encontrado. A veces pensaba si aquello que le ocurría era producto de la locura, era resultado de una soledad que la impegnaba cada día en su andadura por la vida y ,por lo tanto, se aferraba a algo que no era más que un sueño. Pero ella lo había visto, es decir, había sentido señales, miradas, abrazos... que iban más allá de cualquier distancia, más allá de cualquier amistad y de cualquier sentimiento que había tenido.
Así, se aferraba a que un día en vez de llover, saliera el sol y las nubes abrazaran su alma.
Marta era una chica tímida, divertida, pasional y, sobre todo, soñadora. Al terminar su jornada laboral volvió a su casa y al llamar a su amiga Elena quería comentarle algo de Marcos, aunque sentía que no debía hacerlo. Primero por ella, porque con esa actitud nunca se olvidaría de él, y por su amiga, la cual llevaba meses aguantando teorías infundadas sobre su complicado amor. Así que no le dijo nada.

- Hola - dijo Elena.
- Hola
- ¿ Cómo ha ido el día?

Charlaron durante un rato y más tarde quedaron para tomar un cerveza, como siempre, en el bar de Carlos, donde se juntaron los tres con Carla y Pablo.
Era su grupo de amigos, en los que se aferraba, para no sentirse en el fondo, sola. Seguramente alguna vez os habreis sentido así , es decir, que aunque esteis rodeados de mucha gente os sentis completamente solos, pues eso le ocurría a Marta. Mientras el grupo de amigos mantenía una conversación acerca del viaje que iban a realizar ese verano, le sonó el móvil a nuestra protagonista. Era Marcos. Lo cogió y dijo: Hola, ¿ Cómo estás?. Él respondió: Bien, aquí en casa intentando descansar después del trabajo.
Mantuvieron una pequeña conversación acerca de la vida de ambos. Pero eso fue todo.

2 comentarios:

Ale dijo...

Y uno que se queda esperando muchas veces escuchar un "por qué no te quedas conmigo?" y sin embargo terminamos en las charlas cotidianas de qué te cuentas, qué tal las cosas. Queriendo gritar que las cosas no son nada sin la otra persona.

TUITA dijo...

Pues sí. La vida, en ocasiones, es traicionera. Aunque también nosotros la hacemos más difícil por miedo al fracaso. Continúa la historia...