APUESTO POR UN PAPEL EN BLANCO
Recuerdo cuando era una niña, donde las preguntas se respondían con un sí o no.
Aquellas tardes donde las complicaciones eran pequeñas realidades que no tenían la menor importancia.
Parece que el tiempo se diluye hasta no pesar nada y cada minuto que pasa compensa al siguiente.
Hasta ser mayor y convertirse en la imagen de lo que uno una vez quiso ser.
Hasta rendirse ante la ignorancia, la hipocresía y la vanidad.
Luchar por uno mismo quedo en "aquellos años" y la sonrisa sin sentido comenzó a no darse porque formaba parte de la venguerza ajena que tanto nos persigue y tanto intentamos evitar.
Porque el racismo hace que nos hagamos más ínfimos, ante la realidad que nos une y que nos envuelve como si se tratase de un regalo de cumpleaños.
Nacemos y vivimos por nosotros, por los que importan y porque algo, aunque sea diminuto, tenga sentido